Partido por los Animales se opone a los abusos encu­biertos de la industria animal


1 septiembre 2020

En junio entró en vigor una nueva ley en el estado canadiense de Ontario, que penaliza la divulgación de abusos en la industria animal. La llamada "Ley 156" obstruye a los protectores de animales, los denunciantes y los periodistas de investigación al denunciar actos de abuso y crueldad hacia los animales. "Es un atentado directo de los derechos civiles básicos como el derecho a la información, el derecho de manifestación y la libertad de prensa, la libertad de expresión y, por lo tanto, la democracia", dice Esther Ouwehand, presidenta del Partido holandés por los Animales. Debido a que el gobierno holandés, según sus propias afirmaciones, mantiene estrechas relaciones comerciales con Canadá y que "están trabajando conjuntamente por el bienestar animal", Ouwehand decidió hacer preguntas por escrito a los ministros holandeses responsables.

Encubrimiento de abusos de la industria animal canadiense
La nueva ley canadiense penaliza la divulgación de abusos en la industria animal y restringe el derecho a la manifestación cerca de los mataderos de Ontario. Todo esto, mientras que, en los últimos años, se denunciaron un gran número de incidentes de maltrato en la industria animal. Gracias a los denunciantes, los protectores de animales y los periodistas de investigación, se revelaron prácticas como la matanza de polluelos "aventándolos", el maltrato de los cerdos hasta que se mueren y la práctica de dejar morir lentamente a los visones severamente heridos, dejados a su suerte en sus jaulas. Gran parte de la legislación sobre el bienestar animal se redactó tras tales revelaciones. Sin embargo, la nueva ley tipifica como delito la recopilación de pruebas y la divulgación de información sobre este tipo de prácticas.

El Partido de Protección Animal de Canadá y organizaciones animalistas como Last Chance for Animals y varias asociaciones de periodistas canadienses y organizaciones de derechos civiles se oponen ferozmente a dicha ley. "Aunque la Ley 156 es una ley provincial, ya hay otras provincias que presentaron o quieren presentar leyes similares. Seguiremos luchando contra este tipo de legislación en cualquier lugar del mundo", subraya el Partido de Protección Animal.

Según los opositores, la ley viola los derechos civiles fundamentales. Por lo mismo, una legislación similar se declaró anticonstitucional en varios estados estadounidenses. "La gente de todo el mundo tiene derecho a saber de dónde proviene su comida", dice la presidente del Partido holandés por los Animales, Esther Ouwehand. "La transparencia de la industria animal canadiense de por sí era poca, y ahora está claro que el Gobierno de Ontario quiere evitar por completo lo que está sucediendo en la industria de productos animales a toda costa. Con todas las consecuencias que conlleva."

Regan Russell.

Muere activista
Unos días después de la aprobación de la Ley 156, la activista animalista, Regan Russell, de la organización Save Movement se murió durante una manifestación pacífica, después de ser atropellada por un camión de un matadero que transportaba cerdos. Muchos activistas animalistas consideran su muerte como resultado del trato cada vez más agresivo contra protectores de animales por parte del gobierno canadiense y los representantes de la industria ganadera. La policía canadiense sigue investigando este trágico incidente.

"Los activistas pacíficos merecen la protección por parte su gobierno en cualquier parte del mundo. El gobierno canadiense actúa de forma contraria e incluso responde agresivamente a los activistas. Es inaceptable que, cuando salen a la luz abusos que no le convienen, un gobierno no se ocupe de los abusos sino va contra los mensajeros", dice Ouwehand. "Por lo tanto, pedimos al ministro holandés que se dirija a sus homólogos canadienses y que se mantenga informada con respecto a la investigación sobre la muerte de Russell".

Resistencia internacional
Los partidos políticos animalistas de otros países también se oponen firmemente a leyes como el la Ley 156, también conocidos como las "leyes mordaza". El año pasado, el Partido de Justicia Animal Australiano impidió que se aprobara una ley similar en el estado de Victoria.