Worldlog Semana 13 – 2009


27 marzo 2009

Como partido por los animales te encontrarás continuamente con la crítica de no distanciarte suficientemente del violento activismo animal. No porque así sea, sino porque la gente espera de tí que de alguna manera te distancies. Porque los activistas son el nuevo grupo de sospechosos, considerados como subversivos, (gezagsondermijnend) o supeditados a la sociedad. Nuestro senador, Niko Koffeman, escribió la semana pasada un artículo al respecto en el peródico holandés TROUW, el cual deseo compartir con Uds..

La gente actúa en forma extrema con los animales. Entregan cuerpos concientes de animales a disposición de la ciencia, usan animales como blancos vivientes, matan millones de pollitos de un día, solamente por ser de sexo masculino, alimentan impulsivamente a los gansos hasta que sus hígados se hinchan hasta diez veces más que el tamaño normal, martirizan toros para regocijo popular. Holanda, como la poseedora de la mayor población animal del mundo, no tiene sus manos limpias. No puedes verlo en nuestros campos, pero en nuestra ganadería sufren y mueren 500 millones de animales cada año.

Cada vez hay mas personas que no desean aceptar esta situación. Ellos ven que la vida de un animal tiene para el animal un valor de igual magnitud que la vida de una persona para la persona. Holanda tiene más de 4 millones de protectores organizados de animales, naturaleza y medio ambiente, y, como primer pais del mundo posee un partido para los animales con, entre tanto, 20 representantes populares.

Pero, al mismo tiempo, Holanda tiene un Parlamento que deja morir las anguilas a sangre fría. Con motivo de los intereses a corto plazo de los pescadores y de los que comen un pancito con anguila. Y por tanto aparecen las fricciones. Y críticas de extremismo. Una palabra que se relaciona estrechamente con la forma de ver del usuario. Para algunos es extremo el organizar un partido que no centraliza a la persona, sino a los animales, naturaleza y medio ambiente.

Para otros, es extremo el permitir a los campesinos el uso de tantos antibióticos, lo que pone en peligro la salud de la población, como consecuencia de los masivos contagios MRSA, tanto en personas como en animales. Para permitir al sector carnívoro entregar productos con salmonela y bacteria campylo, debido a lo cual cada año mueren cientos de personas y se enferman cientos de miles. O debido a una predicción del WHO de una pandemia H5N1 con un pronóstico de millones de víctimas, preparándose con un escenario de ‘saludo de codo’ para combatir el contagio. Por la Oficina planificadora para el medio ambiente, sabemos que los costos para un necesario control de clima pueden ser rebajados con 50-70%, utilizando una previsión seria para disminuir el consumo de carne, pero el gobierno parte de la base “después de nosotros… el diluvio”.

Esta es la base que incita a una violación de la ley a una parte muy pequeña de los 4 millones de activistas de los animales, naturaleza y medio ambiente. Quién lee sobre esto en los informes del AIVD, saca por conclusión que no más de aproximadamente un 0,025 por mil de las personas que sale en defensa de los animales, naturaleza y medio ambiente puede continuar. Su violación a la ley debe ser rechazada, pero el marco jurídico actual ofrece al Gobierno un margen suficiente como para actuar contra eso. No tiene nada que ver con terrorismo y el aumento de éste está fuera de proporción, también para quien rechaza cualquier forma de violencia, tal como lo hace el Partido para los Animales.

Tratando de citar a Tertullianus, podrías decir que la semilla del activismo se encuentra en la sangre de los animales para experimentos, de presa y para la producción.

Personas que defienden los intereses de los animales nó son criminales. Y tampoco deberían ser discriminados por el hecho de hacer firmar contratos en los cuales se deben declarar fieles a la ley. Y tampoco deberían ser molestados continuamente con la pregunta: “qué piensan ellos sobre el activismo animal radical”.
Tal como a los representantes del Partido Liberal tampoco se les pide por contrato distanciarse de la actitud acaparadora que existe en Bancos y Cías. Aseguradoras, tampoco es normal desconfiar de los protectores de animales por motivo de su compasión por los animales.

La tarea del Gobierno es ubicar a los sospechosos de crímenes y ponerlos en manos de la justicia. Nó de expresar sus sospechas contra quién sea.

Niko Koffeman, miembro de la Primera Cámara para el Partido por los Animales.

Otra linda noticia, la revista española “20 Minutos”, organizó la semana pasada una elección sobre quienes podrían ser los políticos ‘más hermosos’ del mundo. Y que piensas, 。yo estoy en el 15avo lugar!. Aún se puede votar ;-).

Resulta algo loco que en esta elección los políticos hermosos sean por definición mujeres. Bueno yá, prefiero ver a los españoles mirando mujeres antes que corridas de toros….

。Hasta la próxima semana!.

One of the accusations you will continually face as a new party for the animals is that you don’t distance yourself from violent animal activism. Not because this is the case, but because people expect you to distance yourself from them on all levels. Because animal activists are the new usual suspects, considered subversive, undermining of authority or socially disruptive. Our senator, Niko Koffeman, wrote an op-ed for the Dutch daily newspaper TROUW that I would like to share with you:

People’s behaviour towards animals is extreme. They fully knowingly surrender the bodies of animals to science, they use animals as living, moving targets, they murder millions of day-old chicks just because they are male, they force-feed geese until their livers swell up to ten times their normal size, they torture bulls as a form of public entertainment. As the world’s most cattle-dense country, the Netherlands hardly has clean hands either. Although you could not tell by looking at our pastures, our cattle-rearing industry is responsible for the deaths of 500 million animals each year.

More and more people are no longer willing to accept this situation. They realize that, for an animal, its life has just as much value as the life of a person has for the individual concerned. The Netherlands has more than 4 members of animal, nature and environmental organisations, and is the first country in the world to launch a party for the animals which now has 20 elected representatives.

Yet at the same time, the Netherlands’ parliament also permits eels to be driven to extinction in cold blood. All because of the short-term interests of fishermen and fans of eel sandwiches. And so tensions arise, as well as accusations of extremism, a word that is always very tied into the perceptions of the person using it. For some, ‘extreme’ is setting up a party that does not focus on people, but on animals, nature and the environment.

For others, ‘extreme’ is allowing farmers to use so many antibiotics that public health is put at risk as a result of massive MRSA infections among people and animals. ‘Extreme’ is allowing the meat industry to sell products infected with salmonella and campylobacter, which causes the deaths of hundreds and the illness of thousands more each year. Or to prepare for the H5N1 pandemic, predicted by the WHO to affect millions, with only a scenario involving the “elbow bump” greeting to counter infection. We know from the Netherlands Environmental Assessment Agency that the costs of urgently needed climate control could be 50-70% lower if we seriously attempted to reduce meat consumption. Yet the government’s attitude is one of “eat, drink and be merry, for tomorrow we die”.

It is this that motivates a very small percentage of the 4 million animal, nature and environmental activists to break the law. Anyone who reads General Intelligence and Security Service (AIVD) reports on the subject will conclude that these activists represent no more than a tiny fraction of people who fight for the rights of animals, nature and the environment. Their law-breaking must be condemned and our legal system does provide the government with ample instruments to tackle the issue. This has nothing to do with terrorism, and any comparison to terrorism is an obvious exaggeration to anyone, including those that reject any form of violence, such as the Party for the Animals.

To paraphrase Tertullianus, in the blood of laboratory animals, food animals and production animals lie the seeds of activism.

People who stand up for the rights of animals are not criminals. And they should not be criminalized having to sign contracts in which they declare they allegiance to the law. And neither should they be constantly harassed with the question: “and what do you think of radical animal activism.”

Just as representatives of the Liberal Party in the Netherlands are not asked to contractually distance themselves from the culture of greed at banks and insurance companies, those who support animal rights should not be distrusted out of hand because of their sympathy for animals.

The job of the government is track down and try suspected felons and not to engage in imputation or insinuation against anyone.

Niko Koffeman, Party for the Animals senator in the Dutch Upper House of Parliament.

More news: last week, Spanish magazine ‘20 minutos’ held an election for the world’s ‘most beautiful’ politicians. And wouldn’t you know it, I currently hold the 15th spot! And you can still vote 😉
A little odd, actually, that this election assumes beautiful politicians necessarily have to be women. Well, in any case, I’d rather see Spaniards women-watching than bull-fighting.

Till next week