Worldlog Semana 10 – 2009
Hoy les presento la continuación del análisis hecho por Maartje Janse. La primera parte la encuentras en mi Worldlog de la semana pasada. También incluí la historia en mi nuevo libro ‘Het gelijk van de dieren, het geluk van de mensen’ (la razón de los animales, la felicidad de los humanos) que salió el domingo 8 de marzo. Aquí les presento una impresión de la presentación del libro.
“Los abolicionistas del siglo 19 intentaron tener una consideración respetable. Esto lo hicieron buscando Holandeses conocidos para ayudarlos. Pidieron el favor a pastores, poetas, filántropos, catedráticos, jurados y miembros del Parlamento para poner su nombre en la lista de sus miembros. Además de esto distribuían historias de horror con respecto al sufrimiento de los victimas. Historias que tenían que asustar a la gente e incitarlos a la toma de una decisión política: se trataba de historias acerca de torturas, asesinatos y el abuso incestuoso de esclavos, historias acerca de las hijas de borrachos quienes llegaron a la prostitucion obligada y se suicidaron y sobre los Javaneses hambrientos y enfermos que influían fuertemente la opinión publica. Novelas como ‘Uncle Tom’ de Harriet Bleecher Stowe y Max Havelaar de Multatuli eran cruciales en la creación de leyes para terminar la esclavitud (1862) y el sistema cultural (1869 y 1870) que abusaba de los esclavos. No hay mas que concluir que Thieme trabaja según ese sistema comprobado exitoso del siglo 19. La lista de candidatos del Partido para los Animales en el inicio estaba formada principalmente por Holandeses conocidos. El apoyo de una vanguardia intelectual hace entender que “no se trata de un partido de inocentes” según Marianne Thieme durante su primer reacción a los resultados de las elecciones. Aparentemente el Partido llenaba su tiempo permitido para los partidos políticos en la televisión con suficientes tomas chocantes de animales sufridos en la bio-industria, únicamente acompañado por una rima escrito por Kees van Kooten, diciendo que los animales que se veían tenían que sufrir inocentemente. También en cuanto a su posición frente a la política establecida, el Partido para los Animales parece a sus antecesores del siglo 19: Quiere seguir siendo un partido de acción teniendo como principal objetivo poner el tema del bienestar de los animales en la agenda de la Cámara Popular. El Partido para los Animales no comienza de frente con negociaciones políticas, pero elige para comenzar una posición absoluta en contra del sufrimiento de los animales a favor del placer humano. Esto no quiere decir que se descalifica como jugador en el dominio político’(…)’. Se dirige simplemente hacia otra fase en el proceso de la toma de decisiones políticas: poner temas en la agenda y crear la toma de conciencia son primeros en la negociación y el compromiso. Muy notable del Partido para los Animales es que presentan esa fase desde temprano en el Parlamento, mientras por lo general ocurre fuera de ello: en terreno de grupos de presión o de otras formas. No existe ningún regalamiento que obliga a los representantes del pueblo negociar de inmediato con otros partidos. Quien se refiere a las reglas del ‘juego político’ muchas veces olvida que la política cambia su carácter constantemente. Las personas quienes expresan públicamente su indignación sobre el sufrimiento de los animales en una sociedad civilizada, se presentan a si misma como una vanguardia moral provocando burla con el argumento de superioridad moral, provocan al establecimiento político. Los que decidan que no se trata de una política ‘real’ ya que en sus ojos solo puede ser definido tratándose de negociaciones, pone en absoluto la imagen contemporánea de la política”.
En la semana entrante voy a contar un poco mas acerca de la forma de decidir los puntos para la agenda en el parlamento cuando se trata de los derechos de los animales y su bienestar en el parlamento.
Hasta entonces!
Today I continue with the analysis of Maartje Janse. I discussed the first half in last week's WorldLog. I have also included the story in my new book “The Equality of Animals, The Happiness of People” (Het gelijk van de dieren, het geluk van de mensen) that was released on Sunday, 8 March. The following is a report on the book presentation.
“The 19th century abolitionists tried to gain a respectable reputation by acquiring the support of well-known Dutch citizens. They asked Ministers, poets, philanthropists, professors, lawyers and Members of the Lower House to join the party list. They also disseminated horror stories about the suffering the victims underwent to shock people into political action. Stories of torture, executions and incestuous slave abuse, about how the daughters of drunkards ended up in prostitution and committed suicide and about starving and sick Javanese deeply affected public opinion. Novels such as Uncle Tom's Cabin by Harriet Beecher Stowe and Max Havelaar by Multatuli played a crucial role in creating laws to end slavery (1862) and the cultural system (1869 and 1870) that exploited the Javanese.
There is therefore no other conclusion that Thieme is working to this method proven in the 19th century. One half of the Party for the Animals candidate list was made up of famous Dutch citizens. The support afforded by the intellectual elite clearly showed that “this is not a party for the foolish” as Thieme enthusiastically explained during her first reaction to the election results. The Party for the Animals filled the air time given to political parties with shocking images of animal suffering in factory farming. Kees van Kootens wrote in rhyme how they are innocent, and yet must suffer. The Party for the Animals resembles its 19th century counterparts in the positions it takes: It wishes to remain a party for action, ensuring that animal welfare is set high on the Lower House’s agenda. The Party for the Animals does not start immediate political negotiations, but prefers to adopt an absolute stance against animals suffering for human gain or pleasure. This does not disqualify Thieme from being a political player. (…) "She simply focuses on a different phase in the political decision making process: she prioritises getting the issues on the agenda and consciousness-raising over negotiations and compromise. The Party for the Animals is unique in that it brings this early stage of the political game back into parliament when it normally happens outside its walls and falls within the scope of pressure groups and or lobbies. There is however no rule that forces Members of Parliament to set immediately to negotiations with other parties. Anyone who then points to the rules of “the political game” often forgets that politics is always changing. People who publically display their outrage about animal suffering in a civilised society set themselves apart morally and have to fend off ridicule with the argument of moral superiority. They are challenging the political establishment. Those who posit that this is not “real” politics because there is no mention of negotiation make an absolute of today’s modern politics.”
Next week I will talk more about the way in which we in determine the parliamentary agenda for animal rights and animal welfare.
See you then!